Y al cabo de uno tiempo llegara el desapego
El sueño eterno de los diamantes embarrados
Sus brillos nunca se divisaron con claridad
Enterrados en la cuenta regresiva de la tierra
Ese instante de amos con poder absoluto
Ojos vendados con pañuelos de arpillera
Evitando afrontar el inexorable final
La vanidad fue su deporte nacional
Ignoraron a los expertos, los trotamundos
Ellos, los vagabundos para los nobles
Coronas de alpaca destiniendo sus ideas
Reyes arrogantes, disputandose miserias
Y ahora que?
Pasaron muchos años y algo cambio
Ya no pertenecen al plano general
Nadie los alerto y se enfadaron
Pero quien los escucha ahora?
Su fe, siempre intacta y desesperante
Cuestionan a la autoridad maxima
Esa de arriba, que nunca los escucho.
Y ahora que?
La nave partio con un tripulante
Desapegado, el fiel marinero de altamar
Persigue los colores del horizonte.