Nunca lei ese escrito que me regalaste,
aquella noche de invierno.
Fui un descarado. Lo cedi. Es verdad.
Me
siento con un altisimo grado de culpa por lo ocurrido, o mejor dicho por lo que
genere.
Fui un cobarde al no querer afrontar lo que ocurria en ese entonces.
Solo era
una especie de lazo perverso que se acobijaba en las cuevas mas inhospitas del
Corazon.
Fui un niño.
Un inmaduro por jugar sin
reglamento.
Asumo las consecuencias...
Ya lo dije. Ahora, puedo finalizar con mis palabras?
...Aunque, con total conviccion,
te digo: No me arrepiento.
Una vez en la vida acaricie la felicidad y fue ese momento.
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