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lunes, 15 de mayo de 2017

LA PREGUNTA Y LA ESENCIA


Cual es la formula para no perderse y distraerse de las distintas variables que presenta “la gran ciudad”. Cuantas personas, provenientes de distintos sectores, de un pais casi unitario, que concentra todo el poder y la “distribución” economica en un solo departamento; no se tentaron con el solo hecho de conocer distintos suburbios festivos y vieron asi esfumarse todos sus sueños que realmente venian a concretar. Posibilidades, emociones, opciones, juegos, venganzas. Los siete pecados capitales reunidos en una superficie terrestre que te atrapa cada vez mas y mas. Sus jugadores poseen artimañas que ellos no suelen prever y sin pensarlo si quiera un segundo ya estan en ese circulo vicioso del que es muy complicado salir.
Los sueños, las sonrisas, las esperanzas comienzan a desvanecerce y a convertirse en una oscuridad irremediable. El dolor de sentirse solo, vigilado por el gran monstruo.

Es simple pensar pasar el resto de tus dias, sentado en la silla mecedora en la vereda de tu casa, tomando unos mates junto a tu mujer, mientras ella teje, y saludar a cual vecino pase por la puerta de tu casa, de esa manersa tan afectuosa como suele suceder en los pueblos. Y que Don Antonio se quede unos minutitos a debatir de futbol, que paso con el referi que no cobro “orsai”, y a quejarse porque no le aumentan la jubilacion. O que Doña Sulema, quien vuelve del almacen del hijo de Roberto y que le fiaron carne picada, salsa de tomate y pan para preparar unas buenas pastas en el almuerzo, chusmee con tu mujer las ultimas novedades del barrio. Que “…a La Susy, la esposa de Osvaldo, la encontraron infraganti con Mario “el carpintero”. Parece ser que querian hacer una alacena nueva y entre medidas y medidas los descubrio el hijo mayor de la Susy, que ese dia no habia ido al colegio. Y a los Rodríguez? Te acordas que el primo de ellos, que vivia en Rumania? Bueno, me entere que no trabaja mas alla, lo deportaro porque robo algo de plata a una familia, y ahora se volvio al pueblo. La cuestion es que sus primos no quieren saber nada con que el este aca de vuelta. Y podes creer que no esta durmiendo en la casa de ellos. Lo mandaron al hotel de la entrada del pueblo. Parece que ese chico va a ser un problema, pero bueno, nosotros ya estamos acostumbrados. Seguro que es drogadicto y chorro.”
Y esos momentos, luego del almuerzo, que el pueblo llama a silencio y solo las campanas de la iglesia o el reloj de la plaza suenan denotando algun suceso o simplemente la hora; son momentos unicos, magicos, de pura naturalidad.
Luego, la hora de despertarse, sentarse en la punta de la cama, mirar los pequeños rayitos de sol que se penetran entre la persiana totalmente baja, medio dormido aun sentir que solo una mosca perturba y acopla un fuerte sonido en los timpanos y que de no estar presente la casa estaria en silencio absoluto. Levantarse pareciera ser el desafio mas complicado de la jornada. Sentir que los dos muslos presionan los pies contra el suelo para realizar el envion, ayudandose con las dos manos que se apoyan en la cama y ponerse de pie para luego recorrer ese pasillo oscuro que conecta a la cocina. Prender la luz de la misma y sentir como uno de los dos tubos de luz tarda en prenderse, el otro quemado desde hace meses. Agarrar la pava que se encuentra sobre el horno, abrir la canilla del agua, llenar la pava, prender la hornalla y esperar a que el agua este en ese punto casi de ebullición para tomar unos ricos mates luego de la siesta. Ese instante de reflexion pura, en el cual tu mujer descansa, vos estas pensando de mas, tomando unos mates. Se escuchan, en el jardin, algunos pajaros anarquistas que intentan alterar la siesta de los vecinos. El afilador pasa caminando con su bicicleta en una mano y con la otra haciendo ruido con su armonica ya que muy lejos esta de ser un sonido melodico.
En la mayoria de los casos suele ocurrir que cuando uno esta solo, pensativo y reflexivo surgen cuestionamientos del pasado que pocas veces se puede uno escapar. Instantáneamente aparece el conformismo, cual superhéroe, combatiendo a todos esos pensamientos engreídos y problemáticos que lo único que hacen es confundir a la persona aun mas y que la convierte en mediocre ya que no puede remover, ni cambiar el pasado.
Todos alguna vez se han preguntado ¿Qué hubiera pasado si…?.
Pero es momento de volver a tierra. Tu mujer te grita desde la pieza que por favor le lleves un vaso de agua y la medicación de las cinco de la tarde. Al haberse acabado la medicación hay que salir urgentemente hasta la farmacia del pueblo que no quedaba a mas de dos cuadras.
Te dirigís hacia la lata, la cual tenes algún dinero ahorrado, tomas unos billetes y salís raudamente hacia la farmacia. Afuera, además del calor de la tarde que distrae los sentidos de cualquier persona, solo están los niños jugando al fútbol, en esas calles de tierra, con una pelota de trapo y cada vez que patean levantan ese polvo que se plasma con el aire del pueblo y retratan una postal única, colores pictóricos que caracterizan la pasión futbolera del potrero.
Saludas a Don Ricardo, quien se anticipo a todos los vecinos y saco su sillita a la vereda para ver jugar a los chicos, mientras toma uno de esos mates campestres y que si te invitan uno, nunca podes negar. Te convida una ronda y mientras tanto te cuenta que “aquel, de remerita celeste, con la 7 en la espalda, la rompe”. “Ese pibe tiene futuro de selección”.
Pareciera ser que siempre son las mismas historias, con distintos personajes. La historia del futbol es asi, siempre de menor a mayor. Como la vida, nacemos, nos desarrollamos, nos reproducimos y morimos. Salvando las distancias, el fútbol es igual. Desde el punto mas humilde, nacen los pequeños Maradona, Messi, Di Stefano, Onega, crecen como todo mortal, alrededor de sanguijuelas que quieren absorber sus virtudes y abusar de ellas, se reproducen y desarrollan su máximo potencial en el primer mundo y mueren con el recuerdo del pasado de aquellos días de gloria en el que el mundo, alguna vez fue simplemente de ellos.
Don Ricardo, lejos de ser una de esas sanguijuelas y mas próximo a ser el descubridor de esa aguja en un pajar, esa persona que comienza a escribir su propio libro diciendo “Yo lo vi por primera vez…”, es quien gratuitamente se sienta todas las tardes a ver a estos chicos jugar, porque tan solo es un juego para ellos. El observa esas sonrisas en sus caras, inocentes y dulces cuando corren detrás de la pelota, miradas desafiantes cuando tienen que patear hacia la valla y un éxtasis de felicidad cuando se abrazan todos juntos porque consiguieron el objetivo, el gol. Hasta Don Ricardo, sin notarlo esboza una mueca de alegría en el momento que los chicos festejan sin cesar.
Luego de ver uno de los miles de goles que escuchaste durante toda tu vida en las calle, frente a la ventana de tu habitación, recordas que tenias que ir rápido a la farmacia para comprarle el medicamento a tu mujer. Saludas a Don Ricardo y continuas la caminata.
La camioneta, con la caja abierta y el parlante en el techo, anuncia el gran baile de carnaval que se realizara esa misma noche en el Club Social y deportivo Granada, el lugar de encuentro que todo pueblo tiene, su club. Es ahí donde surgen las mejores historias, los mejores romances, las mejores peleas. El club del pueblo vendría a ser el segundo hogar de los vecinos. Cuando uno se encuentra agobiado, atormentado y los problemas lo desbordan, se dirige hacia el club, aunque sea a sentarse en uno de los escalones de la tribuna para pensar, o ir a patear a uno de los arcos, lanzar la pelota al aro, inclusive a tomarse una copa al bar que atiende Pedrito, encargado de oficio, psicólogo y amigo por deporte. Pedrito es la esponja que absorbe las preocupaciones de todos los que pasan, al menos unos minutos a contarle lo que fuere.
Llegas a la farmacia, saludas a doña Silvia, quien recién levantada de la siesta te atiende casi sin preguntarte que es lo que necesitas. Solo te pregunta como anda tu mujer; también se acuerda de tus hijos y tus nietos, quienes viven desde hace un tiempo en la gran ciudad. Te recuerda también que la próxima semana van a traerle un nuevo medicamento que te había recetado el doctor y que no te olvides de ir a buscarlo. Todo es un clima hospitalario. Todo pareciera ser una gran familia. No existe la maldad, solo buenas acciones y actitudes por parte de quienes conforman y habitan el pueblo.
Regresas a tu casa y tu mujer te espera con unas galletitas que están recién sacadas del horno y cebándote unos ricos mates. Mientras toma la medicación, enciende la radio para escuchar, a tu lado, las noticias de la hora dieciocho. De pronto, una información de ultimo momento congela los parpados de los dos y la cocina queda en silencio por completo. El locutor informa que “…el Club Atlético Racing Club acaba de fichar a Santiago “El rayito” Guevara, un chico de quince años que vive en el pueblo de Granada, ubicado a unos quinientos ochenta kilómetros de la capital”.
Y precisamente, ese niño que hacia unos pocos minutos atrás viste gambetear sin cesar a todos los rivales que se le cruzaban por el camino, que avanzaba cual guerrero espartano en busca de la gloria, acababa de triunfar con la noticia que el locutor de la radio local dio. El nuevo wing de Racing era ni mas ni menos que de tu pueblo, Granada. Ese pibe salvo a la familia. Va a triunfar y encima, tiene futuro europeo, que es lo importante.
Pero, cual es el concepto del triunfalismo? Que victoria puede obtener uno, mas que numeros estadisticos, si cuando cambia de habitat, de tiempo y de costumbres es otra persona totalmente distinta a la que “contrato” Racing? A quien “salvo” en su familia, como si fuera un medico o un super heroe? Y cual es el significado del destino europeo? El prestigio, el glamour, la moneda de turno?
De a poco se va perdiendo el contacto directo con “El rayito” Guevara. Quien ni siquiera ya se apoda tal como lo conocian en el pueblo. Ahora su “nickname” es “el hijo de la luz” y en los medios de comunicación no tienen mas que elogios, halagos, adulaciones y todos los sinonimos que calcen con precision en un chico de tan solo quince años. Pero claro, no deja de ser un niño y por ahora el futbol es solo una diversión para el, un juego. Sin dudas, las presiones futboleras aun no asoman por su jardin y ni siquiera esta enterado de algunas cuestiones “poco claras” que merodean en el ambito futbolistico. Por el momento, el sigue jugando como un guerrero espartano, gambetea y se despega de los rivales con una facilidad y una velocidad que pocos antes habian igualado. Asiste, manda centros claros, goleador. Que mas pueden pedir desde la comision directiva hasta la prensa en general.
Con el paso del tiempo, su agenda se va cargando de mas eventos sociales y extra futbolisticos. El niño crece. Debe cumplir con algunas clausulas dentro de los contratos firmados por su padre, quien lo acompaña realizando una carrera intensiva de manager. Y cada vez viaja menos a “Granada, tierra soñada por mi”, como alguna vez ha cantado el tenor Luciano Pavarotti.
Una tierra y vecinos que cada vez extrañaba mas al “rayito” y que lo leia y lo escuchaba por los medios del pueblo como aquel niñito que jugaba en los potreros y vislumbraba hasta a “Don Ricardo” que pagaba la mejor yerba para disfrutar de los mejores mates y el buen futbol de Guevara desde su vereda.
Ya con la mayoria de edad y firmando su primer contraro en el futbol profesional, Guevara comienza a ostentar con lujosas vestimentas, reloj y cadenas de oro, casi como si estuviese caminando por la Avenida Champs Elysees, luego de salir del hotel donde se aloja su equipo, horas antes de jugar la final de la Copa de Europa entre el Ajax de Holanda y Milan de Italia. Pero la realidad es que se encuentra un paso atrás de lo que se estipula, por lo general, en los “mandamientos del éxito”.
Noche de futbol. En el estadio “Presidente Peron” se jugara el clasico de la ciudad de Avellaneda entre Racing Club e Independiente. “El hijo de la luz” jugara su partido numero cuarenta en primera division. Con solo dieciocho años ya tiene diez espectadores de lujo, ademas de todo el estadio colmado por los hambrientos hinchas que esperan llenar sus ojos de pura adrenalina futbolistica que le regale el pibe de Granada. Los espectadores de lujo, son ni mas ni menos que “managers” o sanguijuelas, propiamente dicho, que vienen a hacer negocios a los paises de “tercer mundo”, donde el cambio es mas accesible y “los indios” se venden fácilmente.
Milan, Real Madrid, Paris Saint Germain, Bayern de Munich fueron algunos de los clubes que se hicieron presentes en esa noche para ir a ver al “7”.
Un numero siete que a simple vista, ni bien arranco el juego se encontraba erratico con los pases, lento, en otras palabras… nervioso. Pero cual es el aliciente que uno tiene cuando lo ven de afuera? Cuales son las explicaciones logicas para perder la sonrisa y poner la misma cara larga del comun de la gente, cuando lo que mas se marcaba del “rayito” era su sonrisa impregnada en la cara cuando gambeteaba a los rivales?
Los hinchas comenzaron a impacientarse y alentaban “cueste lo que cueste, esta noche tenemos que ganar”. Y pedian fervientemente por “El hijo de la luz”. Guevara, que estaba en cancha, pero no sobresalia dentro del juego, no encontraba una respuesta logica de porque no estaba teniendo suerte esa noche en el “Cilindro”, que deberia ser magica y perfecta para sus logros personales. Los managers, desde el palco vip, comiendo sushi y tomando champagne, entre intercomunicadores que traducian, se cuestionaban que hacian en el sur del Gran Buenos Aires viendo un partido tan malo y a un pibe que ni siquiera podria jugar en la tercera division de sus respectivas ligas.
Desde la radio de Granada, con todos los vecinos expectantes, algunos en el Club Social y otros reunidos en la casa de “Don Ricardo”, transmitian el partido en vivo y todos estaban haciendo fuerza por el “rayito”, porque haga esa jugada que deje boquiabiertos a todos los espectadores y oyentes; y que al otro dia piense solamente en sacar el pasaporte para irse al prestigioso Viejo continente.
Corria el minuto ochenta y dos de un partido aburrido, que estaba casi sentenciado a una cadena perpetua de 0 a 0, cuando el lateral derecho de Racing tira un pelotazo cruzado de casi cuarenta metros, directo al area rival. Los defensores y las pocas camisetas albicelestes que merodeaban por el campo contrario se amontonaron en busca de la pelota. Pelota que se abrio, por la ráfaga de viento que justo soplo del este y que recibio el numero “7”, “El rayito”, “El hijo de la luz”, simplemente Guevara. Aquel wing, joven, revolucionario del que todos esperaban que sacara el pincel y esboce esos retratos que quedan para la posteridad, que son mas valiosos que todos los clubes del mundo o que la misma Union Europea. Guevara, se encontraba en el vértice del area grande, bajo ese balon con una categoría poco antes vista, piso la pelota para sacarse al lateral derecho de Independiente, quien lo agobiaba con la marca. Encaro, primero para afuera, luego cuando lo vino a marcar el central derecho, engancho para adentro haciendo un tunel, que hasta el ingeniero subfluvial mas reconocido lo hubiese envidiado por el resto de la aternidad; corrio en paralelo al arco, hacia el punto de penal. En ese momento vino a cerrar el central izquierdo quien tuvo que salir de la cancha con un desgarro porque Guevara le piso la pelota de una forma sensacional que este pateo directamente al aire y se cayo al suelo.
Ya con los rivales desparramados en su propia area, Guevara estaba a punto de recuperar la sonrisa. Todo el estadio de pie. Los Managers de los clubes habian dejado de prestarle atencion al protagonista japones de la noche para posar sus ojos en esa obra maestra que se iba a plasmar en Avellaneda, una noche mas de esas que nunca se olvidan. Frente a frente con el arquero, quien quedo estupefacto bajo los tres palos y que no tuvo reaccion para achicarle el espacio al pibe; la pelota giraba entre el punto de penal y el area chica. Guevara rapidamente patea la pelota con la parte interna de su pie derecho, realizando ésta una parabola casi perfecta y en una distancia muy corta se colgo del angulo, siendo casi imposible para un arquero totalmente vulnerado por el “rayito”.
En un grito alunisono el estadio grito gol, un gol que le hacia falta al partido, el gol que Guevara tanto ansiaba, un gol que hasta los prestigiosos managers gritaron por la emocion que les genero ir a ver al pibe de Granada y que supere sus expectativas.
Desde el pueblo llego un aliento de pura felicidad, todos en las calles salieron a festejar porque Guevara, al fin seria reconocido mundialmente. Y porque no? Una proxima convocatoria a la Selección Nacional Argentina. Todos estaban contentos.
Finalizo el partido y el pibe habia recibido las felicitaciones de todos, llamados de todas las personas que lo querian. Su padre, el manager, ya estaba intercambiando telefonos con los directivos de los clubes europeos, para juntarse en la semana y cerrar con el que mejor oferta le haga, no importaba si en Medio Oriente estaban en guerra y corria riesgo la vida de su hijo. Quien pagara mas, se lo llevaba.
Sabado a la noche, luego de ganar a su clasico vecino, los jugadores se juntan a cenar, toman unas copas, de mas, como cualquier deportista que le gusta festejar la victoria. Todos halagaban a Guevarita, quien no se le borraba la sonrisa de la cara, emocionado por su gran protagonismo. El plantel llego al lugar donde el club le habia preparado un evento privado, con señoritas acompañantes y demas agregados que tiene el ambiente del futbol y que pocos conocen en profundidad. Pasadas algunas horas, algunos empezaron a preguntar donde estaba Guevarita. Algunos, mas alcoholizados que otros, decian que se habia ido con una chica; otros sostenian que nunca lo habian visto ingresar al lugar y que lo perdieron cuando todos iban en sus autos hacia la fiesta. Incluso, algunos sostenian que estaba tan borracho de alcohol y emocion que se habia ido a su casa a dormir porque no podia mantenerse en pie. La realidad fue que “rayito” estaba volviendo a su casa, pero a su casa natal, a Granada para festejar con su familia, amigos y vecinos. Sabia que iba a estar poco tiempo en el pais y queria disfrutarlo con su pueblo querido. Pero la vida siempre te plantea disyuntivas y complicaciones que uno siempre tiene que estar atento para resolver de la manera mas eficaz y efectivamente posible. En la madrugada del domingo, volvian en la camioneta, su padre y él, rumbo al pueblo para pasar un almuerzo en familia. A la mitad del viaje una vaca, que incluso al dia de hoy, algunos sostienen era de Independiente y estaba enfadada por el gol del “rayito”, se cruzo en la ruta e hizo que el padre haga una maniobra que alcanzara a esquivar a la vaca, no asi mantener la camioneta derecha y en curso, ya que comenzo a dar trompos, avanzando casi una cuadra girando sin parar. Los dos fueron rapidamente asistidos y llevados a la salita medica de un pueblo que estaba a cinco kilómetros del accidente. Por suerte y gracias a que la vida a veces se esmera para poder hacerte mas difíciles las cosas, se salvaron los dos y luego de estar unos dias internados en el Hospital de Granada, retornaron a sus casas. Lógicamente, no habia motivos para festejar. El gol ante independiente, el coreo de la hinchada “Aplaudan, aplaudan, no dejen de aplaudir los goles de Guevara que ya van a venir…”, las anotaciones de los managers europeos, ya habian quedado atrás y eran solo anecdotas de una noche linda, difícil de olvidar.
Las noticias del accidente habian llegado hasta a Europa. El diario “Chutea” de España titulaba “La luz se quedo sin velocidad”, la revista deportiva italiana, “Gazzeta Sportiva” hacia referencia que “Guevara otra ilusion futbolistica”. Sin dudas, que todo lo que ayer fue bueno, si algo intercede en el medio para mal, mañana sera pesimo. Y la historia les enseño a todos aquellos que alguna vez fueron ostentados y tentados por “los dueños del mundo” con sus riquezas que siempre habra y existira un Poncio Pilatos con un lavatorio, jabon y toalla, cerca.
Santiago Guevara nunca mas pudo si quiera volver a caminar. Va y viene por el pueblo con su silla de ruedas, con su sonrisa que lo caracteriza, que nunca perdio y que siempre sostuvo hasta en los peores momentos. Su familia lo cuida como si fuese oro. Su padre, quien no sufrio mas que una costilla quebrada, luego del accidente, se lamenta todos los dias que tuvo que haber sido el quien debio quedar invalido para que su hijo pueda seguir jugando al futbol. Algunos en el pueblo dudan si lo dice desde el alma o hubiese arriesgado caminar por la cantidad de millones de dolares que su hijo pudo haber generado para el y su familia.
La vida del “rayito” no cambio para nada en Granada. Volvio a ser “El rayito”. Da clases de futbol para los mas pequeños en el Club Social y deportivo Granada y todos los Jueves a las tarde se junta en la vereda con “Don Ricardo” a tomar los mejores mates y a ver el buen futbol de potrero, mientras vos pasas por ahí, rumbo a la farmacia para comprarle el remedio a tu señora y te quedas aunque sea cinco minutos con ellos dos para hablar de futbol.
 
  


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